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Comiendo pija en los campos de algodón.

[avatar user="saavedram" align="right"]Mateo[/avatar]Si bien venía contando anécdotas de mis viajes (que tampoco son tan...

[avatar user="saavedram" align="right"]Mateo[/avatar]Si bien venía contando anécdotas de mis viajes (que tampoco son tantos por lo que no tengo material infinito), voy a contar ahora una secuencia que paso durante los días que pase en una quinta en una ciudad muy chica a unos kilómetros de La Plata.




Eran unas "mini vacaciones" familiares por lo que el ambiente era muy tranquilo, en esa zona solo había casas quintas que se habitan más en épocas de receso o fiestas. Nunca había mucho movimiento en la calle, así que a los pocos días comencé a aburrirme. Me empezó a picar el morbo de el aire libre, en esa zona había mucho parque, arboles y las casa estaban alejadas de la calle o directamente no había nadie ya que no era una fecha de mucha actividad. Fui haciendo distintas pruebas al salir a recorrer por mi cuenta el barrio en distintos horarios, el de la siesta fue fatal no había un alma. Uno de los últimos días se me da la chance de salir a la noche, pasadas las 22.00hs aproximadamente. Tanteo la zona con cuidado, si bien es tranquilo yo estaba de visitante no podía jugármela toda estando en el medio de la nada.


Para mi sorpresa llegue después de caminar unas cuántas cuadras a un parque bastante grande que rodea una vieja estación de tren que ya no circula más. Lo que me llamo la atención es que estaba bastante iluminado y concurrido, gente corriendo o haciendo ejercicio y gente comiendo o tomando en los bares y restos que había en algunas esquinas. Parece que la gente tiene actividades nocturnas. Me distingo a recorrer la zona, bastante gente por lo que por estadística, pienso, algo tengo que rescatar. Algún visitante de la ciudad con ganas de descargar o incluso alguien del lugar que aproveche la llegada de visitantes para salir de cacería. Rodeo el parque, demasiado iluminado por fuera, hago algún que otro contacto visual pero con mucha timidez. Cruzo por dentro del parque pasando por las vías, más haya de alguna parejita o grupo de gente escabiando no veo nada. Había tomado la decisión de dar mi última vuelta cuando notó que un tipo que ya me había cruzado antes me ve venir y cruza la calle, se para justo enfrente y saca su celular mirando para donde estaba yo. Llevaba remera y jogging, sin saber muy bien que onda me quedo expectante.


El chabón da unos pasos mirando su celular y se sienta en un banco cercano. Me mira, guarda el celular se levanta y empieza a caminar alejándose del parque. Dudo unos segundos pero después lo sigo, ya veré sobre el camino si me equivoco o no y de ser así volvía a la casa y asunto terminado. Camino un par de cuadras por detrás de el, no hay nadie más en la calle y el chabon no se da vuelta, es más grandote que yo, alto y de hombros grandes, un macho. En eso dobla y cruza una calle asfaltada, veníamos caminando por la calle pero se sube a la vereda y yo quedo de la mano de enfrente, mirándolo fijo sin carpa alguna jugado ya.


 

Ahí estando en frente caminando a la par el chabón me tira un par de miradas, se para y mira para los dos lados de la calle y se dispone a cruzar. Mi corazón se acelera, se me dio con este macho. El chabón mirándome cruza la calle y se agarra la pija por arriba del jogging y en el medio de la calle la pela, siempre caminando hacia mi, ahí mi morbo explotó completamente. Ni bien está cerca le agarro la pija, me lleva para la entrada medio oscura de una casa y me arrodilló a chupársela. El flaco tira unos bufidos y me sostiene la cabeza, en eso se escucha un auto y guarda la pija. Me paro y empezamos a caminar en dirección al parque.



Hablamos, me cuenta que el vive por ahí a unas cuadras que me llevaría a su casa pero está la loca de la ex mujer dando vueltas y no quiere armar bardo. En el parque hay mucha gente a esta hora, dice, yo le digo que algún lugar vamos a encontrar y le amaso la pija en cada cuadra que no hay nadie. El chabón estaba llegando a los cuarenta, con algo de canas en el pelo pero morocho y grandote de brazos con un aspecto tosco y bruto que me volvía loco. Llegamos al parque y nos metemos por adentro directamente, paramos un par de veces entre algunos árboles y el pelaba pija pero siempre pasaba alguien cerca y teníamos que movernos. El chabón estaba empezando a frustrarse pero yo ya estaba tan caliente que quería entrarle en cualquier lado.




[caption id="" align="aligncenter" width="2000"] La noche en el campo comiendo pija me hizo saborearla como un manjar...[/caption]

Damos un par de vueltas hasta salir por el otro lado del parque, pasamos una vieja garita y dando la vuelta a un depósito salimos a las vías, un descampado de pastos crecidos, de esos de tallo alto con la punta que parece de algodón. El chabón empieza a caminar por ahí y yo lo sigo, por las vías. De un lado estaba el fondo del depósito y la casa más cercana estaba a una cuadra de distancia cruzando las vías y un par de árboles. El flaco para cerca de unos durmientes apilados, no había luces más que la luna y algo que llegaba de la calle lejana.




[caption id="" align="aligncenter" width="610"] El chabón se empezó a pajear[/caption]

El chabón se empieza a pajear y se levanta la remera, me dispongo a lamerle los pezones, tenía un arito en uno. Devuelve el favor y yo de la calentura me saco la remera y tenía al chabón comiéndome los pezones y tocándome todo el orto. Me agachó a chuparle ese pedazo de pija gruesa y cabezona, del mismo ancho desde la base a la cabeza, morocha. El morbo de estar en la noche en el campo comiendo pija me hizo saborearla como un manjar, el flaco me decía cosas que me calentaban más y de a ratos me cogía la boca que me hacía  gemir.




[caption id="" align="aligncenter" width="664"] El flaco me cogía la boca, me hacía  gemir[/caption]

Seguimos así un rato, el me chupo la pija también pero yo no quería sacarme la suya de la boca. Me arrepiento de no haberme avivado en llevar forros para que me garche ahí nomas. Pensando en todo esto no aguante más y acabe sobre el pasto con su pija en mi boca. Uh!! Tenés que avisar, dice el, pero yo estaba dispuesto a seguir después de limpiarme. Pero el chabón guardo la pija y empezó a caminar, yo lo seguí.


En el camino me pide el mail para coordinar y repetir. Yo sé lo paso y le digo que me gustaría que me coja. Se ríe y nos despedimos, el tocándome el orto. Volví lleno de pasto y tierra y ahora espero volver a pasar unos días allá para garcharme a ese macho en el descampado.

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